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Qué nos dice el psicoanálisis de la Obesidad

En general suelo expresar la mirada de la obesidad desde una perspectiva absolutamente biologista porque es mi especialidad la neurociencia, sin embargo es preciso que las problemáticas se aborden de varios puntos.

Por eso es que me decidí a comentarles un poco sobre lo que dice la bibliografía psicoanalítica sobre la obesidad… les invito que lo lean porque tal vez hay algo de todo eso en lo que se pueden reflejar.

En la literatura psicoanalítica uno de los primeros en clasificar a las personas obesas fue Von Noorden (1900) quién apuntó a la existencia de dos tipos de obesidad, una de tipo endógeno, en la que se presenta un metabolismo patológicamente disminuido; y otra de tipo exógeno, en donde se presenta un metabolismo normal, resultando aquí la obesidad como resultado de una diferencia entre el gasto energético y la comida ingerida.

Otros han continuado con estos estudios en la misma rama y han intentado buscar o encontrar algún tipo de causa a esta enfermedad que sin duda es de origen multifactorial.

Desde un punto psicoanalítico la obesidad es un síntoma, el cual se forma como una reacción de compromiso ante un afecto que no es tolerado por el yo consciente de la persona. Esto nos llevaría a formular que la obesidad de tipo exógeno constituye la parte manifiesta de un problema o conflicto psíquico, el cual no pudo ser resuelto ante fallas de los mecanismos de defensa (Van der Merve, 2007). Estas fallas se deberán al desarrollo de un yo débil, carente de recursos adaptativos que resuelva el conflicto.

La psicología del yo da mayor énfasis a las influencias ambientales, sociales y familiares sobre las funciones del yo. Se enfoca en las interacciones de la persona con el ambiente en el aquí y ahora, particularmente en el grado en cómo la persona maneja sus principales roles y tareas, en las fortalezas y deficiencias yoicas, el cómo su historia de desarrollo impacta hoy día las funciones del yo, así como el grado en el cual el ambiente externo influye en una adaptación exitosa (Hartmann, 1958, 1964).


En la psicología del yo, se parte del supuesto de que las personas nacen con una capacidad innata para funcionar en forma adaptativa. La persona se ve involucrada en un proceso de desarrollo biopsicosocial a lo largo de su vida, en donde el yo funciona como una fuerza activa y dinámica para manejar, adaptarse y modelar el ambiente externo.


El yo es considerado como la estructura de la personalidad que es responsable de negociar entre las necesidades internas del individuo y el mundo externo, teniendo la capacidad para funcionar de manera autónoma, pero es sólo una parte de la personalidad, por lo que debe ser entendida en relación con factores internos y externos. Para Hartmann (1964), el proceso de adaptación realizado por el yo es continuo, reflejándose en los intentos que éste hace para equilibrar las tensiones intra e intersistémicas en las conductas.



El yo contiene las funciones básicas necesarias para que el individuo se adapte de forma exitosa a su ambiente. Estas funciones son innatas y se desarrollan a lo largo de la maduración de la persona y en la interacción con factores biopsicosociales.


El desarrollo del yo se da de forma sec


uencial como resultado de factores constitucionales, el cubrir las necesidades básicas, la identificación con otros, las relaciones interpersonales, el aprendizaje, el desarrollo y dominio de tareas del desarrollo, la efectiva resolución de problemas y la adaptación. El interés por el análisis de este constructo está en que se considera al yo como la unidad fundamental organizativa y reguladora de las conductas de la persona (Anna Freud, 1965; González-Rivera y De las Cuevas, 1992; Stroe, 2005;).


Desde esta postura, la obesidad sería vista como expresión del desarrollo defectuoso del yo (Mushatt, 1982). El yo como unidad fundamental organizativa y reguladora de las conductas realiza un conjunto de funciones específi


cas y cuando se presenta un desarrollo defectuoso de esta instancia, las diferentes funciones realizan esfuerzos insuficientes para liberar la carga tensional generada por los deseos internos y la necesidad de adaptarse a la realidad externa, por lo cual se produce el síntoma.

Ahora si la obesidad es síntoma, ¿es síntoma de qué?:

· De protección. Creando una barrera entre mi yo y el mundo

· De miedos



· De inseguridades

· De necesidad de ser tenidos en cuenta

· De carencias de afecto

· De necesidad de ser escuchados, considerados, amados, visto…


La pregunta que tenemos que hacernos es tengo hambre de qué? De amo? De seguridad? Es síntoma de qué? Y muy importante: ¿Cómo influye y ha influido el ambiente en mi sobrepeso?


Los leo!!


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